Ni princesa ni detective

"Un hombre dedicado a una profesión para la cual no ha nacido,
es una pieza dislocada que sirve de poco y
muchas veces no hace más que sufrir y estorbar."
Balmes
Hace unas semanas perdí mi reloj. Llevaba 14 años con él, y funcionaba perfectamente. Le tenía muchísimo cariño. Di mil vueltas, pero no le encontré.
Hasta que me decidiera a comprar uno nuevo le había sustituido momentáneamente por el viejo reloj de mi hermano. Y entonces, ayer, le encontré, lo cual me llevó a esa conclusión: de mayor no podré ser ni princesa ni detective.
Y diréis: ¿y qué tiene que ver ese entrañable reencuentro con ser princesa o detective?
Lo de detective es más o menos intuitivo: un buen detective habría encontrado el reloj mucho antes.
Lo de princesa es más elaborado. ¿Conocéis el cuento de la princesa y el guisante? Según ese cuento la forma de probar que eres una princesa es ser capaz de detectar un guisante debajo de veinte colchones.
¡A ver si adivináis dónde estaba el reloj!