Pseudosesiones psicológicas

"Aprende a dudar y acabarás dudando de tu propia duda;
de este modo premia Dios al escéptico y al creyente."
Antonio Machado

Últimamente los sábados se han convertido en pseudosesiones psicológicas.
Este sábado tocó: Liarse o no liarse con un amigo.

- Creo que si te gusta un amigo se lo debes decir. Liarse con un amigo tiene sus ventajas.
- Pero si hace unos meses me dijiste rotúndamente lo contrario - respondí.
- Ya, bueno, he cambiado de opinión. Cuando algo me muestra otra forma de ver las cosas soy capaz de cambiar de opinión. Ahora creo que no es una mala idea.
- Ya... vale, y ¿por qué has cambiado de opinión?
- Bueno, si te lías con un amigo ya tienes adelantada la parte de ganarte su amistad. Una amiga se ha liado hace poco con un amigo de toda la vida y le va bien...
- Pero si sale mal puedes perder esa amistad.
- Si la amistad es buena eso no pasa. Superas un periodo de cuarentena y luego las cosas vuelven a ir bien.
- No sé...
- Pero tienes que tener claro que de verdad te gusta ese amigo. Se corre el riesgo de confundir una buena amistad con algo más... yo lo hice y no salió bien.
- Pero ¿seguisteis siendo amigos?
- Sí.

La verdad es que no sé a que ton vino esta conversación que surgió tal cual os la he contado, aunque tengo una ligera idea... creo que ella sospecha mis sentimientos hacia "el Sol".

Tras esta conversación me ha surgido la duda: ¿quiero realmente a "el Sol"?

Al plantearme esta pregunta recordé otra conversación con un amigo. Él me estaba comentando que había escuchado en la radio un programa en el que una tía llamó diciendo que no sabía si había tenido un orgasmo. Yo le respondí que si la tía no lo sabía es que no lo había tenido.
¿Qué cual es la relación? Pues que ¿si quieres a alguien te planteas si le quieres?

Y puestos a dudar... ¿dudaré porque no tengo claros mis sentimientos o porque busco una excusa para no arriesgar su amistad?

Conclusión: vivo en un mar de dudas.