26 enero 2008

El amor es una enfermedad

"Enamorado y loco, lo uno es lo otro."
Proverbio español.

El amor es una enfermedad. Puede que sea una enfermedad que todos deseamos padecer en un momento u otro de nuestra vida, pero es una enfermedad. El amor hace que perdamos esa capacidad de razonar que nos advierte de que ciertas cosas es mejor no hacerlas.
Si no me hubiera perdido en aquellos ojos azul cielo mi vida hubiera sido distinta, quizás mejor, seguro que mejor. Pero lo cierto es que me perdí en aquellos ojos y desde aquel momento todo fue de mal en peor.
Todo comenzó con unos simples porros, sólo para relajar. Yo, que siempre había estado en contra de todo aquello me resistí, pero en aquellos momentos mi cerebro estaba tan saturado de endorfinas que no supo ganar la batalla.
Y los ojos azules acabaron queriendo experimentar más y yo... yo hacía tiempo que no controlaba nada. Le amaba, o eso creía entonces, supongo que era cierto.
Acabé atrapada en una espiral que no parecía tener fin... No escuché las voces que expresaban en voz alta lo que mi enfermo cerebro susurraba. Me fui apartando de la gente que trataba de hacerme ver.
Las mentiras empezaron a surgir de mi boca con toda naturalidad:
- ¿Cómo puedes ir en manga larga con el calor que hace?
- Es que tengo mal la circulación y siempre estoy helada... - mientras creía sentir cada una de las cicatrices de los picos.

Y había quien se lo creía, porque a veces la gente prefiere fingir que no se da cuenta de las cosas, es más fácil simular que todo va bien que enfrentarse a la cruel realidad.

Cuando los ojos azules se fueron toqué fondo. Mi cerebro se despertó, y descubrí en lo que me había convertido.


Afortunadamente esa enfermedad es tan misteriosa que incluso consiguió que alguien se perdiera en mis turbios ojos castaños...
No sé qué pudo ver en mi. El reflejo del espejo sólo me producía nauseas. Pero el caso es que algo debió de ver, quizás restos de lo que un día había sido, o quizás se perdiera cuando aún mis ojos brillaban y entonces no lo supe ver.
Él me tendió la mano que necesitaba para escalar el pozo en el que estaba.

Sí, el amor es una enfermedad, o quizás no sea el amor sino la pasión desmedida... por suerte a veces las consecuencias de las enfermedades no son tan malas.
Sigo infectada, amo al dueño de esos ojos negros que consiguió devolver el brillo a los mios. La diferencia está en que ahora mi cerebro sí tiene voz y voto. A veces maldigo no poder perderme de aquella forma, maldigo el no ser capaz de darlo todo, porque creo que en este caso la enfermedad no rozaría como entonces lo mortal... pero supongo que aquello, para bien o para mal, sólo ocurre una vez.


NOTA: Pura ficción... pero tan real...

Etiquetas: , ,

10 enero 2008

Gestos

"El mundo está lleno de pequeñas alegrías;
el arte consiste en saber distinguirlas"

Li Tai-po


En pocos días he sentido como sacudían mi mundo pequeños gestos. Pero a veces los pequeños gestos pueden significar mucho.
Dicen que las cosas tienen la importancia que les queramos dar. Quizás en otro momento de mi vida no hubieran supuesto más que pequeñas sorpresas, detalles sin importancia. Pero la verdad es que consiguieron remover mi interior, en unos casos robando sonrisas, en otros encogiendo el corazón.

A veces asusta el poder que otros pueden tener sobre tus emociones, y más aún pensar que tú puedas tener el mismo poder sobre los demás.

Etiquetas: , ,

02 enero 2008

Año nuevo

"Año nuevo, vida nueva"
Dicho popular


Siempre me ha intrigado el afán que tenemos los seres humanos de marcar hitos en nuestras vidas. La importancia que damos a los aniversarios, a los cambios de año...
Quizás simplemente pensamos que suponen un punto de inflexión, como si todo o parte fuera a cambiar por el simple hecho de que se cumpla un año más de algo: un año nuevo, un año más desde nuestro nacimiento, desde la primera vez que hicimos algo, que conocimos a alguien, que...
O quizás lo consideramos como pequeñas batallas ganadas al tiempo...

No lo sé, pero debo reconocer que soy de las que no puede evitar recordar las fechas y los aniversarios, de las que, sin saber porqué, siente algo especial cuando cambia el año, y no puede evitar hacer balance de lo pasado.

Se acabó el 2007. En este pasado año ha habido de todo, pero creo que el balance es claramente a mi favor. Hasta el último minuto me dio sorpresas... gratas sorpresas.

El 2008 no comenzó como yo hubiera querido, por prudencia o falta de valor, pero aún así la compañía fue grata. No tengo propósitos de año nuevo, que estoy cansada de no cumplirlos, sólo lo que me quiera deparar el año.

Sólo me queda desearos a todos los que pasáis por aquí: ¡FELIZ 2008!

Etiquetas: