Han pasado 3 años, 3 meses y 3 días. He intentado recordar aquella tarde, pero apenas recuerdo pequeños retazos, lo cual no deja de ser extraño teniendo en cuenta que ese día supuso probablemente el mayor cambio en mi vida.
Yo no era feliz, aunque entonces no era consciente de hasta qué punto. Los días pasaban sin más, inmerso en la rutina.
Sin embargo, por alguna razón que nunca llegaré a entender aquella tarde salí de ella para acercarme al parque que tantas veces había dejado de lado al volver a casa. Quizás fue el sol resplandeciente, el viento suave o quién sabe qué lo que me hizo ir hasta allá y sentarme en ese banco.
Aquella chica morena, descalza, que sentada en el césped escribía con avidez, llamó enseguida mi atención. Entonces no supe porqué, ahora sé que la razón era la alegría que desprendía, tan radiante de vida, esa de la que yo carecía.
Ella se volvió, supongo que porque sintió mi mirada. Me miró un momento, como sopesándome y finalmente sonrió. Sin pensar le devolví la sonrisa.
Retomó de nuevo la escritura, y yo eché un vistazo a mi alrededor. Cuando volví de nuevo mi atención hacia ella, había desaparecido. Allí donde había estado sólo quedaba el cuaderno en el que había estado escribiendo. Miré alrededor buscándola sin éxito. Me levanté y recogí el cuaderno.
-Volveré mañana, quizás ella suela venir. Le pega.
Regresé al parque día tras día durante una semana. Nunca la volví a ver. No se me ocurrió echar una ojeada al cuaderno... quizás en mi interior sentía que era violar su intimidad.
Lo guardé en un cajón, volví a mi rutinaria vida y casi me olvidé de él hasta que un día, víctima una vez más del insomnio, volví a topar con él.
Dudé, pero finalmente comencé a leer...
- Pensé que tardaría más en encontrar al siguiente... - susurré...
Nada más verla he sabido que sería ella. Siento como si me estuviera viendo a mi mismo aquel día. La mirada vacía, el aura de tristeza inconsciente...
Sonrío, y ella, tras un momento de duda, me devuelve la sonrisa.
- Sí, es ella. - me digo, mientras hoy soy yo quien, descalzo y sentado en el césped, escribe en aquel cuaderno, como tantos antes que yo.
"Durante estos 3 años, 3 meses y 3 días mi vida ha cambiado por completo.
Aprendí a ver aquello que antes no veía. Cada cierto tiempo cierro los ojos, y al abrirlos trato de ver todo como si de la primera vez se tratara. Inténtalo, puedes descubrir cosas que ni siquiera sabías que estaban allí... o descubrir que no conocías tan bien las cosas como creías.
Espero que todo lo escrito aquí te ayude... Si has leído hasta aquí ya sabes lo que debes hacer.
Buena suerte."
Deposito el cuaderno sobre el césped, no sin cierta pena, y me levanto.
Cierro los ojos y al abrirlos trato una vez más de ver las cosas como si de la primera vez se tratara. La sorpresa casi me deja paralizado. Mirándome fijamente, al otro lado del camino, está ella, aquella chica morena, mi predecesora...
Ella inclina ligeramente la cabeza, sonríe y me guiña un ojo.
- ¿Por qué será que siento que esto sólo ha sido el principio? - me digo devolviéndole la sonrisa.