La magnitud del dolor
Recuerdo que cuando era pequeña murió el hermano de mi mejor amigo. Cuando volvía a casa con mi madre tras el funeral, le vimos con la bici. Entonces escuché a alguien decir con un deje de desprecio:
- Mírale, su hermano recién enterrado y él montando en bici.
Me hubiera gustado decirle que porque alguien no se encierre en casa a llorar eso no significa que quisiera menos a la persona desaparecida, pero por aquel entonces yo acostumbraba a callar.
Hace poco volví a escuchar una crítica del mismo estilo, esta vez no callé.
Puede que no entendamos el comportamiento de una persona tras la muerte de un ser querido, pero no deberíamos criticarlo. Cada persona enfrenta el dolor a su manera, y hay quien ni siquiera sabe cómo enfrentarlo. Quizás sería más útil nuestro apoyo que nuestras críticas.
Que por mucho que digamos o hagamos sólo uno mismo sabe la magnitud de su dolor, y tratar de seguir adelante no significa que hayas olvidado.
- Mírale, su hermano recién enterrado y él montando en bici.
Me hubiera gustado decirle que porque alguien no se encierre en casa a llorar eso no significa que quisiera menos a la persona desaparecida, pero por aquel entonces yo acostumbraba a callar.
Hace poco volví a escuchar una crítica del mismo estilo, esta vez no callé.
Puede que no entendamos el comportamiento de una persona tras la muerte de un ser querido, pero no deberíamos criticarlo. Cada persona enfrenta el dolor a su manera, y hay quien ni siquiera sabe cómo enfrentarlo. Quizás sería más útil nuestro apoyo que nuestras críticas.
Que por mucho que digamos o hagamos sólo uno mismo sabe la magnitud de su dolor, y tratar de seguir adelante no significa que hayas olvidado.
Etiquetas: Amigos, Amor, De la Oscuridad, Dolor, Muerte