
"Sólo hay una guerra que pueda permitirse la especie humana:
La guerra contra su propia extinción."
Isaac Asimov
Hace poco tuve de nuevo una conversación, que de repetitiva llega a cansarme.
¿Queréis participar en un experimento?
Yo voy a decir una frase, y vosotros debéis apuntar lo que me diríais si me tuvierais enfrente, pero espontáneo. ¿Vale? Bueno, ahí va:
No quiero tener hijos.
Si mi experiencia se puede extrapolar seguramente el 99% de vosotros habréis dicho: ¿por qué?
Cuando la última persona con la que tuve la conversación me dijo que iba a tener un hijo yo no le pregunté la razón, simplemente le di la enhorabuena dado que era algo que ella deseaba. Sin embargo, cuando yo dije que no quería tenerlos, esa persona, con mucha gracia, eso sí, me dijo que yo era un espécimen antinatural al carecer del instinto de mantenimiento de la especie. Oye, por lo menos me dio una razón científica.
Me gustan los niños, me suelo sentir cómoda con ellos, me encanta enseñarles cosas, jugar con ellos. Tengo varios pseudo-sobrinos a los que adoro. Pero simplemente no quiero traer al mundo a un niño.
Y no entiendo que si yo no pido explicaciones a la gente que decide tenerlos, ellos me las pidan a mi. Pero que haya quien trate de hacerme cambiar de opinión, o de convencerme de lo erróneo de mi postura con aquello de "pues serías una buena madre" y otra serie de argumentos que supongo vendrán en el manual de supervivencia de la especie (que alguien debió olvidar darme), pues que queréis que os diga...
Etiquetas: De la Oscuridad, Hijos, Reflexiones, Vida